sábado, 2 de mayo de 2015
Mucha demagogia e hipocresía...
Harto ya de la demagogia laboral, cansado de la hipocresía y con demasiados problemas a cuestas, quiero hablar, si bien gritar, fatigado y exhausto. He visto cosas que no debería, oído y aveces quizás, incluso hasta repetido. Entonces me pregunto: ¿Por qué? Pero no encuentro respuesta, tantas cosas he presenciado que harto estoy de esto; desde una persona que es capaz de pisar a sus amigos y mentirles increíble y continuamente en la cara hasta un supervisor que cobra el sueldo de un empleado muerto por llevarse unas monedas demás al bolsillo. Mentiras y crueldad, si bien muchos dirán que la vida y el mundo es así, sigo sin estar conforme ni de acuerdo. ¿Cuántas personas más deben sufrir para que alguien se de cuenta? Tengo un peso en el corazón, el alma quebrada y los hombros gastados. Estoy HARTO, si, con mayúsculas, de ver tanta manipulación en todos los sentidos y en todas las cosas. Es hora de decir basta. A veces el miedo nos retiene demasiado, nos acalla y suscita a permanecer ocultos ¿Por qué? ¿Cuál es el sentido de permanecer así cuando en realidad no nos ayudará ni nos liberará? ¿Por qué los fuertes siempre son otros? La impotencia y la frustración sentida devoran nuestro ser y nos sentimos asfixiados, sin salida. Queremos luchar, pero tenemos miedo. Miedo a salir lastimados, miedo a lastimar a alguien, miedo a que nos alienen. No. No hay forma ni razón, ni respuesta en todo esto. Con el cuerpo y el espíritu en ruinas solo queda seguir adelante aunque esta parezca la respuesta más irracional, pero un día, esta burbuja de estupideces sin sentido que llamamos mundo explotará y aquellos que se creían fuertes se darán cuento que son iguales a nosotros: seres humanos con miedo y heridos. Imploro por un mundo tranquilo, que dejé de ser tan irracional. No pido un mundo perfecto, pido un mundo donde se pueda vivir. Ahora prácticamente no lo hacemos.
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